lunes, 19 de septiembre de 2011

colisión


Antes de abrirnos la cabeza
y de clavarnos reproches en las uniones neuronales,
antes de juzgarnos, de sacar todas las armas a corazón herido,
antes de ensuciarnos las manos y los ojos, de afilar los alfileres,
pensemos:
Nadie tiene la culpa de que la gravedad fallara
quebrando la imantación entre los polos.
Entiendo las ganas de flotar en el espacio.
Yo también busqué otro universo.
Es inútil, por tanto, seguir colisionando
planetas que tuvieron que expandirse.

domingo, 18 de septiembre de 2011

ojo


Ojo, las cosas han cambiado, pero el tiempo es el mismo, las reglas del juego permanecen desde el principio.  No pienses que porque la voz aguda se transforma en bronco balbuceo y los tulipanes se marchitan a tu paso, no puedes recordar tu origen. Eres el tiempo, formas parte de lo unívoco. De un lado a otro las constelaciones se posicionan, estás naciendo y lloras anhelando la placenta que nutre el caos. No eres virgen de espíritu, no eres el fuego eterno, no eres el calor que anima a las urdes. Siéntate y reflexiona cuando suenan los tambores quién te dio la plaqueta para marcar el paso. Rompe el árbol de donde nació la vara. Siéntate y espera el cambio, están latiendo siglos sobre ti, milenios de arma contenida, rememorando la especie que desligó los extremos. Luchas de poder sobreviven, estamos desnudos ante el ojo exterminador, ha caído la flecha, puedes evitar la herida. Siéntate y respira, no sucumbas a la rabia, al placer de saberte eterna, poderosa prisionera de la gran holografía invernal. Miente y di que eres la pintoresca imagen de un dios bueno, contrarresta el impulso de matar con agua bendita.
Pulcras las manos, pulcras las mejillas, suenan truenos a tu alrededor, arrebatada la lluvia una bola de hidrógeno parte de ti para proteger el bien que aferras a dentelladas. Puedes malgastar la ira o renunciar al hijo de tus sueños y amanecer cansada. Rememora el día en que naciste, quién eres, de dónde vienes, no dejes que te engañen los presuntuosos. Engrasa la máquina que hará girar el mundo en su perfecto orden.
Así ha de ser, piensa en los universos que te habitan, no eres blanco o negro, agua o fuego, todo te pertenece y estoy aquí para contarlo, tú decides la marca de tu destino, yo sólo soy la portavoz, el eco de la abeja reina, la causa de que se nuble el sueño, de la ceguera temporal. Abre los ojos y huele el instinto sobrehumano. ¿Acaso no sabes por qué posees la perfección de la música? Somos música y lo sabes, somos el sonido motor de todas las cosas, formamos parte de la escala, de lo que llamas notas, del infinito. Está en ti resucitar o negarte, que clamen los clarines, el viento que soplas. Yo sólo estoy aquí para contártelo en el lenguaje con que ahora predicas: claro, para que entiendas; y en sueños recupero la canción titubeante que te dio a la luz. 
Recuerda cómo sonaba la colisión primera para después expandirse todas las partículas. Tú fuiste de  un lado a otro buscando hogar, te perdiste en los cuerpos vagabundos, te asiste a la razón. No dejes que nadie te diga cómo es la eternidad, si ya lo sabes. No aceptes huesos bañados en oro, reliquias de santos. Pregúntate por qué aún no has encontrado tu casa, aún estando en todas partes, en las cinco puntas tratando de unir el pentágono. 

bolero


El cobre pelado, 
la casa sin barrer, 
camisas reversibles,
el tercer sexo.
Alma para iluminarte
corazón para cegarme
y vida para gozarla sin fingir.

jueves, 15 de septiembre de 2011

fiebre

no importa hacia qué delirios conduzca la fiebre. Me duelen los músculos, me echo a dormir, pierdo el olfato. Para qué resistirse a la carne entumecida. No, yo tampoco quiero asirme al brazo gangrenado y por eso dejo que se expanda hasta enfermar. Para qué negarse, si de otro lado, una flor lo está cortando.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

de otro tiempo

¿Por qué medir esta sana complacencia con la vara ajena: 
ese tiempo que no es nuestro?
yo no inventé los relojes ni el termómetro febril que desvela estados, 
nunca amanecí a gusto de las horas, no quise morir la noche ni vivirla más de lo soñado.
Después de amamantar estatuas, una aprende a distinguir entre la piedra eterna
y el perenne árbol. 
No quiero ponerme trascendental, pero te veo dormida y salgo a la terraza para intuirte
dentro de ese tiempo que sí es nuestro, tomo distancia, me separo, escupo malas hierbas,
dejo de rumiar cuando regreso y vuelco sobre ti toda mi agua.

lunes, 5 de septiembre de 2011

la plenitud de un gesto

Busco en la voz de otros canciones para hablarte.
Es momento de sentir océanos, nubes, 
colinas desiguales embelleciendo el paisaje. 
No difamar La Belleza buscando palabras, 
estado de contemplación,
ambrosía, delicioso naufragio hacia tus brazos.
Que sean los otros quienes cuenten
la plenitud de un gesto.

LA PANDERETA DIJO (Primera edición)


¿Quién no ha renegado de sus musas o sus musos? (que de todo hay) por bailar la misma música que cotidianamente tocamos? La pandereta dijo es un desafío q todos los instrumentos, entre los que sobresale el ritmo familiar y desacompasado de una historia de amor no solicitada. El libro que tienes en tus manos esconde una realidad donde encuentro y deseo se van transformando en un juego de acróbatas en el que no se sabe cuándo y quién caerá primero.