Sentí que estabas viva porque roncabas
aires de entretiempo.
Suena la respiración como el agudo
aullido, loba, resquebrejándose.
Adentro los fragmentos se dispersan. Un
diafragma expandido
ruega lo vacío y suelta, más allá de
la garganta, algo parecido a una tormenta.
No hay suficiente noche para limpiar el
mancillado viento
y hay que robarle al alba parte de luz,
parte de inicio sosegado.
Respiración, roncar, roncar, curarse.