jueves, 30 de enero de 2014

el silencio atravesado

Tengo el silencio atravesado (casi),
tengo una mudez inesperada,
me viene una garganta sapiens,
desneuronado el seso,
nada que decir.

y a veces es mejor,
nada que decir tengo,
tengo un silencio nana
y a veces duermo de consumir
fragmentos vivos y casi hirientes,
aquí y allá la gente, que no es mi gente,
que nada es mío, que nadie,
viene para ofrecer estupefacientes:
información en masa, y huele a gas.

Mejor me callo, pero es que sólo casi tengo este silencio atravesado
como una noche cuando te atrapa el agotamiento de la jornada
y ya no hay nada
y ya no hay nada

y casi nada...

domingo, 19 de enero de 2014

Me sabe a poco el salto...

Me sabe a poco el salto que separa
la silla hacia la cama. Cuando extiendo
la mano vacilante y la reprendo
por ir hacia la puerta que encerrara

la vida en unos gestos cara a cara,
reclamo al insondable ser no siendo.
Mas no quiero ganarme ni queriendo
la holgura de una casa sin la rara

presencia del bullicio en la cocina,
el roce de los libros en la mesa,
el paso de mi ángulo a tu esquina

o el ruido afilándole la mina
al lápiz que después dibuja y besa
cuadernos donde nadie desafina.




lunes, 6 de enero de 2014

cifras y letras


Dos
los números carecen de significado hoy tres alegres cuervos bebían agua de los charcos cinco veces negué la fugacidad del viento ayer fueron cuatro más cientos los golpes pero mi mejilla apuesta por sobrevivir a fin de cuentas sólo son cifras y letras que aparentan la sana coherencia


siete más cero son siete y por mucho que oculte el adverbio de cantidad no puedo evitar sumarle a los restos la piel del cordero y si no entiendo nada solamente puedo decir... ...lo que quieras por venir.

LA PANDERETA DIJO (Primera edición)


¿Quién no ha renegado de sus musas o sus musos? (que de todo hay) por bailar la misma música que cotidianamente tocamos? La pandereta dijo es un desafío q todos los instrumentos, entre los que sobresale el ritmo familiar y desacompasado de una historia de amor no solicitada. El libro que tienes en tus manos esconde una realidad donde encuentro y deseo se van transformando en un juego de acróbatas en el que no se sabe cuándo y quién caerá primero.